A finales de julio de 2022, el líder de la mayoría del Senado de Estados Unidos, Chuck Schumer, y el senador Joe Manchin anunciaron que habían llegado a un acuerdo sobre una legislación que abordará el cambio climático, la energía y la atención médica como parte de un proyecto de ley más amplio destinado a combatir la inflación. Ese proyecto legislativo, la Ley de Reducción de la Inflación de 2022, fue aprobado por el Congreso el 12 de agosto y el presidente estadounidense, Joe Biden, lo firmó en ley el 16 de agosto.
Los partidarios del proyecto de ley y muchos investigadores del cambio climático creen que estas disposiciones podrían tener importantes implicaciones en la lucha contra el cambio climático al eliminar cuatro mil millones de toneladas de emisiones de gases de efecto invernadero (GEIs).
Veamos las disposiciones sobre el clima en la Ley de Reducción de la Inflación y la reacción de la comunidad científica.
¿Cuánto podrían reducirse las emisiones de gases de efecto invernadero?
Inicialmente, los senadores demócratas estimaron que, para el año 2030, la Ley de Reducción de la Inflación podría reducir las emisiones en un 40 por ciento por debajo de los niveles de 2005. Mientras que los investigadores del Proyecto REPEAT de la Universidad de Princeton, la firma de investigación Rhodium Group y el centro de pensamiento Energy Innovation han analizado las posibles implicaciones de la legislación utilizando modelos climáticos integrales.
Los investigadores de estas organizaciones se enfocaron en si esta ley podría ayudar a Estados Unidos a acercarse a sus objetivos de reducción de emisiones. El presidente Joe Biden estableció como objetivo reducir las emisiones del país en un 50 por ciento para el año 2030. Según el análisis de estos investigadores, las políticas existentes antes de la Ley de Reducción de la Inflación habrían llevado al país a reducir las emisiones en un 24 a 35 por ciento, dependiendo de la fuente de la estimación.
En contraste, el Proyecto REPEAT sostiene que los 370 mil millones de dólares destinados a gastos climáticos en la Ley de Reducción de la Inflación podrían reducir las emisiones de Estados Unidos en aproximadamente un 42 por ciento por debajo de los niveles de 2005 para 2030, lo que equivale a 3.8 mil millones de toneladas métricas de dióxido de carbono (CO2).
Otros modelos climáticos arrojaron estimaciones similares. Energy Innovation sugiere que la ley podría reducir las emisiones entre un 37 por ciento y un 41 por ciento de los niveles de 2005, mientras que la estimación del Grupo Rhodium fue de un 31 por ciento a un 44 por ciento desde el mismo año base.
¿Cómo se reducirán exactamente las emisiones?
Según el Proyecto REPEAT, la ley proporciona aproximadamente el 66 por ciento de las reducciones de emisiones necesarias para alcanzar el objetivo declarado por Biden de una reducción del 50 por ciento en las emisiones de Estados Unidos para 2030, utilizando 2005 como referencia. Dicho proyecto llegó a las siguientes estimaciones para las reducciones de emisiones en sectores específicos:
- Energía eléctrica: 24 por ciento
- Transporte: 19 por ciento
- Industria: 9 por ciento
- Edificios y gases de efecto invernadero distintos al dióxido de carbono: 8 por ciento
- Sumideros de carbono terrestres: 6 por ciento
Los investigadores del proyecto concluyeron que la Ley de Reducción de la Inflación reducirá las emisiones de Estados Unidos, principalmente, mediante una aceleración de la producción y distribución de electricidad y vehículos limpios.
Un énfasis en la energía eólica y solar será un factor importante en este proceso ya que el Proyecto REPEAT estima un promedio de 39 gigavatios de nueva energía eólica y 49 gigavatios de nueva energía solar cada año, comenzando en 2024 y aumentando constantemente hacia finales de la década.
Aunque estas disposiciones pueden acercar mucho a Estados Unidos a los objetivos de la administración actual, la Ley de Reducción de la Inflación aún no los alcanza por completo, se necesitan más reducciones si se quiere cumplir el objetivo de Biden.
El rol de captura de carbono en la Ley de Reducción de la Inflación
Las disposiciones climáticas de la Ley de Reducción de la Inflación también se basan en incentivos que promueven el uso de una tecnología que captura dióxido de carbono que luego se reutiliza o se almacena bajo tierra. Si bien la captura de carbono es prometedora, el campo aún no ha sido adoptado ampliamente debido a los altos costos y los principales desafíos logísticos.
La nueva legislación podría abordar estos desafíos mediante un cambio importante en los créditos fiscales para la industria de la captura de carbono. La subvención gubernamental para esta tecnología ha aumentado de 50 a 85 dólares por tonelada métrica, lo que podría hacer que muchos proyectos de captura de carbono sean más económicamente viables.
Según el Proyecto REPEAT, estos cambios podrían llevar a un aumento de 13 veces en el uso de la captura de carbono para el año 2030. Los incentivos de captura de carbono de la Ley de Reducción de la Inflación podrían hacer que la tecnología sea económicamente viable para muchas de las industrias con las emisiones más altas, como las plantas de carbón, gas natural, acero y cemento.
Según estimaciones de la Universidad de Princeton, al final de la década actual se podrían capturar un total de 200 millones de toneladas de dióxido de carbono por año.
Prevén que las reducciones de emisiones superen las emisiones adicionales
Los tres modelos climáticos coinciden en que la Ley de Reducción de la Inflación hará más para mitigar la crisis climática de lo que hará para agravar el problema. Algunos activistas ambientales han criticado la ley debido a su aprobación de nuevos pozos de petróleo y gas, pero se espera que reduzca las emisiones climáticas en general.
Según Energy Innovations, las secciones climáticas de la Ley reducirán las emisiones entre 870 y mil 150 millones de toneladas métricas de dióxido de carbono equivalente para el año 2030. Por otro lado, las disposiciones relacionadas con la producción de petróleo y gas podrían aumentar las emisiones hasta en 50 millones de toneladas métricas. Basándose en estas estimaciones, las políticas en la Ley eliminarán 24 toneladas de emisiones por cada tonelada de emisiones que añadan.
Por supuesto, “el diablo está en los detalles” y aún hay muchas incertidumbres. Por ejemplo, los fondos deben asignarse de manera eficiente.
Debido a que muchas de las disposiciones de la Ley son incentivos económicos, el mercado jugará un papel importante en determinar la efectividad final de la misma en la reducción de emisiones.
Es un gran avance para Estados Unidos en el camino hacia la descarbonización, pero, de ninguna manera, es una “bala de plata climática” para el mayor emisor mundial de gases de efecto invernadero.